Había un ratón de campo que se aburría de lo lindo.
Estaba harto de comer siempre verduras, nueces y demás alimentos típicos del
entorno en que vivía.
Como tenía cierta cultura, pues le encantaba leer
libros, sabía que en la ciudad se vivía de un modo más varisado y divertido.
Había leído que allí abundaban las golosinas, los refrescos, los pescados
suculentos y otras delicias.
Sin dudarlo, resolvió dejar el campo e irse a le
ciudad. Allí su vida podría tomar nuevos rumbos y podría vivir mucho mejor.
A mitad de camino se encontró con un primo suyo que
vivía en la ciudad. Extrañado de verle allí, le preguntó:
-¿Adónde vas por aquí, querido primo?
-¡Uf! ¡No me hables! -le respondió éste con gesto
cansado. iiMe voy de la ciudad! Estoy harto de la contaminación, del ruido,
del tráfico y de la comida de allí. Me estoy volviendo loco. No lo soporto, así
que me voy a vivir al campo, donde todo es tranquilidad y aire puro.
Naturalmente, cada cual siguió su camino, en direcciones
opuestas.
Ninguno pudo convencer al otro de su idea. Como veis,
nadie está contento con su suerte.
«Siempre vamos tras nuestros sueños.»
0.999.5 anonimo fabula