-«¿Para
qué llevas á ese mono? ¡estúpido!»
(dijo
á un oso un lebrel).
-«Porque
el duelo que ves (responde el mísero)
»me
hace cargar con él.»
-«Pues
rómpele de un trompis los homóplatos»
(el
lebrel replicó).
Fué
el oso á ejecutarlo; pero súbito
miró
al dueño y tembló.
-«Muera
y no temas (el lebrel famélico
le
volvió á replicar);
»no
llevara yo en hombros á ese títere
»estando
en tu lugar.
»Ser
el burro de un mono es muy ridículo
(prosequia
el lebrel);
»mata
al dueño también, ya que tiránico
»te
hace cargar con él.
»Yo
sé de pueblos que después que imbéciles
»el
oso hicieron bien,
»arrogantes
mataron á sus déspotas;
»mátalos
tú también.
»0
vaya andando, como tú, ese zángano,
»en
perfecta igualdad,
»ó
sino, tus cadenas rompe heróico:
a
¡viva la libertad!»
Con
calma escuchó el dueño esta filípica
sin
sentido común,
y,
dando un par al oso con el látigo,
dijo:
-«¡Valiente atún!
»El
oso, el mono, y yo, lebrel sin cálculo,
»hacemos
una grey,
»en
la cual oso y mono son los súbditos,
»mientras
yo soy el rey.
»El
oso inepto, por mis reales órdenes,
»va
andando con sus pies,
»y
el mono va sobre él, porque su mérito
»nos
mantiene á los tres.
»Justo
es que sirva á mono tan benéfico
»el
oso de alazán;
»pues
para seres como este oso indómito
»no
hay más que palo
y pan.
»¡A
los necios baldón; gloria á los útiles!
»esto
manda la ley.
»Agur,
señor lebrel: vos, oso bárbaro,
»seguid,
y ¡viva el rey!»
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Yo
no sé si arengó como un estólido
el
patriota animal;
pero
responda el respetable público:
¿habló
el dueño tan mal?...
Seccion
politica: Fabula
XII. Tiranias justas
1.095.5 Campoamor (Ramon de) .047