Nació
una enredadera
al
pié de un alcornoque descarnado;
vistióle
de manera,
que
fué en la primavera,
siendo
un bodoque rufn, blasón del prado.
Como
propios primores
lucía
el corcho vil ajenas galas;
siendo
con tantas flores
envidia
de pastores
y
blanco del amor de las zagalas.
-«¡Oh,
qué árbol tan florido-
decían;
-qué gentil, qué primoroso!»-
EloGio
merecido,
pues
gracias al vestido,
por
Dios que el alcornoque estaba hermoso.
Mas
llegaron sin cuento
del
otoño las ráfagas sonoras,
y
soplando violento,
dejó
alcornoque el viento
al
que el ídolo fué de las pastoras.
¡Cuántas
de esta manera,
Elvira,
adoran á un galán bodoque,
y
hasta que el aura fiera
lleva
la enredadera,
no
advierten que han amado á un alcornoque!
Seccion
moral: Fabula
XIII. Amar por las apariencias
1.095.5 Campoamor (Ramon de) .047
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