Juntos
con su padre estando
Ana
y Luis una mañana,
al
plañir de una campana
Luis
se santiguó rezando.
Y
Ana exclamó con desprecio:
-«¿Por
qué rezas?»-Y él al punto,
-«Rezo
-dijo- á ese difunto.»
-«Si
es que ha nacido uno, necio.»-
Y
viendo afrentado al hijo,
el
padre, con faz severa
mirando
á la retrechera,
con
voz solemne la dijo:
-«¡No
es rara equivocación,
pues
para ambas cosas, Ana,
siempre
una misma campana
toca
con un mismo són!»-
Seccion
filosofica: Fabula
XI. La vida y la muerte
1.095.5 Campoamor (Ramon de) .047
No hay comentarios:
Publicar un comentario